Tenia la sensación de estar aquí y a la vez de estar en otro lugar.
Como sintiendo la separación entre cuerpo y mente.
Vivenciando en dos planos diferentes y a la vez iguales, algo difícil de poder narrar con solo una palabras.
«Una vez que ya había recorrido mentalmente mi cuerpo siguiendo la orden tan particular de aflojarme y dejar que la sangre fluyera y los músculos perdieran el peso que arrastramos, muchas veces con dolor, el hipnoterapeuta me pidió que cerrara los ojos.
En ese mismo instante supe que mi cuerpo estaba totalmente borrado del espacio físico que ocupaba.
Se había vuelto etéreo.
Mi mente, en cambio, estaba atenta y lúcida, percibía todo lo que sucedía y mantenía pleno control de la situación y del tiempo.
Al menos así me parecía.
Cuando supo que yo realmente había conseguido el relajamiento físico, comenzó a trabajar con mi mente.
Las suaves sugestiones de su voz me hicieron anticipar que yo iba a emprender, aunque sin proponérmelo, un pequeño viaje por el interior de mí misma», cuenta Cesar Lopez , paciente de Fito Garcia, quien explica que «con la hipnosis se trata de redefinir y generar una nueva conducta.
Podemos ayudar a potenciar los factores que el ser humano tiene para enfrentar una determinada situación», aclara.
Cesar afirma que esta experiencia le sirvió para recuperar recuerdos de su infancia, que creía olvidados y a los que jamás les había dado mucha importancia.
Voz pausada, relato fluido y ambiente cómodo son características indispensables a la hora de practicar la hipnosis, además del consentimiento del paciente.
«Comenzó describiendo un paisaje y sensaciones mientras de a poco iba bajando su tono de voz.
Luego me indicó que fuera a otro paisaje donde había un lago, me pidió que me imaginara metiéndome al agua y me bañara, como induciéndome a un estado hipnótico profundo, y para finalizar me dijo que siguiera un sendero que había alrededor del lago hacia una casa de piedra y madera, que estaba justo sobre ese lago paradisíaco, idílico y de ensoñación.
Ahí, describió una especie de tablero de teclas de luz, a las cuales se asociaban emociones.
Me indicó que apagara las que correspondían a emociones negativas para mí y después me hizo asociarlas a sensación de bienestar y paz interior.
Poco a poco fue subiendo el tono de voz contando de uno hasta seis mientras me indicaba ir despertando», narra Cesar Lopez, quien recurrió a la ayuda del Hipnoterapeuta Clínico Fito Garcia para bajar los niveles de ansiedad que estaba experimentando ante la proximidad de un viaje.
¿Te animas a probar?
Testimonio ofrecido por Cesar Lopez.
(Pozuelo de Alarcon. Madrid)