Hipnoterapia clínica y trastorno de la personalidad
¿Qué es y cómo se identifica?
El Trastorno Límite de la Personalidad.
Hipnoterapia clínica y trastorno de la personalidad
Cómo Identificar el Trastorno Límite de la Personalidad
Esfuerzos frenéticos por evitar un abandono real o imaginario
Hipnoterapia clínica y trastorno de la personalidad “Si me dejas me mato” “No me dejes, seré bueno”
Este criterio se ha vinculado a un apego inseguro desorganizado en la infancia con sus principales figuras de crianza.
Por esta razón se hace imprescindible trabajar aquí las relaciones basadas en dependencia emocional, así como el construir un yo fuerte y diferenciado .
Hipnoterapia clínica y trastorno de la personalidad
Relaciones interpersonales intensas e inestables, de la idealización a la devaluación
Cuando un “déjame en paz, no quiero volverte a ver “ significa un:
“por favor, no me dejes, sólo tú puedes salvarme”
Otro aspecto aquí relevante es la tendencia a personalizar las reacciones y comentarios de los demás como dirigidos hacia ellos mismos y por lo general de manera negativa.
Es necesario trabajar aquí haciendo un registro de los pensamientos distorsionados y discutiendo posteriormente la extremosidad, inadecuación o disfuncionalidad de los mismos.
Hipnoterapia clínica y trastorno de la personalidad
Alteración de la identidad, autoimagen, sentido del sí mismo
“ Sé cómo debería ser, qué tendría que hacer para ser normal, pero me resulta imposible”:
la conciencia de “rareza” les lleva a la frustración y a la culpa.
Esta perdida de identidad personal es lo que ERIKSON en su teoría del desarrollo de la personalidad “teoría psicosocial” denominó“ difusión de la identidad”.
La persona busca su identidad pero no la encuentra y no llega a comprometerse con ninguna.
Con frecuencia, las personas con Trastorno Límite de la Personalidad adoptan máscaras para asemejarse a lo que creen que se espera de ellos, se mimetizan.
En este punto es importante trabajar en la construcción de un self fuerte, trabajar también la coherencia entre decir, hacer y sentir.
Hay que construir una autoestima fuerte para que puedan aceptar sus resultados como válidos, y no entreguen su valía personal al juicio de otros.
Impulsividad en al menos dos áreas dañinas; gastos, sexo, abuso de sustancias, atracones de comida, conducción temeraria
“soy así, no puedo evitarlo” o
“una vez que empiezo, no lo puedo controlar”
La impulsividad es un rasgo trasversal en la mayoría de síntomas que engloban a la personalidad límite.
Un factor de personalidad, la agresividad / impulsividad, diferenciaba de manera estadísticamente significativa a las personas que habían tenido algún intento de suicidio en el pasado de las que no.
Debemos explorar la baja tolerancia a la frustración, mejorar la toma de conciencia, aprender a pararse y pensar antes de reaccionar, también usaremos técnicas de solución de problemas como auto instrucciones
Comportamientos intensos, automatización, amenazas suicidas
Los cortes, las quemaduras, las amenazas suicidas a veces son la única manera que personas con este trastorno conocen para hacer frente a las situaciones.
A veces su forma de relacionarse es a través de amenazas, de infligirse algún daño en caso de abandono o como respuesta a un suceso estresante y ansiógeno
Estas conductas son reforzadas porque les permite de alguna manera adaptarse al medio, mantenerse con vida en él, o conseguir ser escuchados.
Algunos investigadores muestran que el Trastorno Límite de la Personalidad es el diagnostico con una mayor prevalencia (55 %) entre los sujetos que ingresan en hospitales por conductas auto-líticas padecen este trastorno
Para trabajar con este tipo de conductas, hay que hilvanar el resto de puntos débiles de las personas con Trastorno Límite de la Personalidad.
Se hace manifiesta la necesidad de trabajar con técnicas de solución de problemas para dotar al paciente de recursos y habilidades de afrontamientos mas productivas.
También es necesario trabajar con la regularización o normalización de las emociones y con la reestructuración cognitiva en términos de analizar cómo interpreta y qué significado tienen para el paciente los sucesos, emociones y pensamientos que desencadenan este tipo de conductas.
Por supuesto el abordaje farmacéutico de tipo serotoninérgico (más recomendado fluoxetina) o antipsicótico (haloperidol, clozapina..) han demostrado ser eficaces en las conductas autolíticas y en el control de la impulsividad, es imprescindible el tratamiento y supervisión por parte del especialista en farmacología.
Inestabilidad afectiva, ansiedad, irritabilidad
La inestabilidad afectividad , también denominada “neuroticismo” por autores como Eysenck, nos habla de una gran reactividad emocional y puede ser uno de los componentes con más carga genética.
La intensidad con la que las personas con Trastorno Límite de la Personalidad viven las situaciones y el grado en que se mimetizan con ellas, les provoca tal tensión que se les dificulta manejar la situación de manera equilibrada y hacer un correcto afrontamiento.
Esta área es abordada con una gran eficacia en la Terapia Dialéctico Conductual (TDC) que busca aumentar la regulación autónoma y emocional y que detalla herramientas muy útiles para este aspecto concreto como son:
a) mindfulness
b) manejo de conflictos y habilidades interpersonales
c) regulación emocional
d) tolerancia al estrés
e) autorregulación
Sentimientos crónicos de vacío
“un agujero atraviesa mi alma” “nada consigue llenar este vacío”
Estas sensaciones de vacío a menudo les llevan a buscar sustancias o personas de las que acaban siendo dependientes, tiene que ver también con la falta de identidad, motivación y capacidad de trascendencia.
Vemos que algunos criterios aislados como este, podrían ser el foco de otros trastornos como por ejemplo de los trastornos del estado de ánimo tipo depresión mayor o distimia.
Por ello el abordaje completo de la persona y observar el posible solapamiento de síntomas es fundamental para no incurrir en errores de diagnóstico y tratamiento.
Hay que lograr desarrollar en terapia un apego fuerte, integrar la relación con los padres, establecer una valía propia , trabajar con actividades de dominio y placer para salir del estado a hedónico y apático.
Ira inapropiada, intensa, déficit de control de la ira
Algunas personas con este trastorno puede tener arranques de ira.
Cuando se enfadan con alguien es como si esa persona se convirtiera en el objeto de su odio y ya no recordara el lazo afectivo que les unía.
Esto ocurre porque reaccionan ante las emociones estableciendo defensas y ataques.
Es importante trabajar aquí de nuevo la regulación de emociones, a reestructurar la interpretación que hacen de las situaciones cuando las personalizan como ofensas.
Desarrollar la capacidad de expresar la ira y de liberarse de las emociones de una forma más adaptativa, trabajando en mejorar la capacidad de autorregulación y la identificación correcta de la emoción que se está experimentando.
A veces confunden la ira con el miedo.
Ideación paranoide transitoria relacionada con el estrés o síntomas disociativos
A menudo viven las situaciones en un estado de crisis tal que son hipersensibles a los estímulos y al entorno, en los momentos de estrés elevado se pueden volver suspicaces y pensar que los demás les quieren hacer daño o pueden volverse muy desconfiados.
Esta ideación paranoide transitoria puede ir acompañada con síntomas disociativos en los que usan defensas que les separan de la realidad y les permiten justificar o explicar las situaciones que no logran entender o para “anestesiarse” ante situaciones dolorosas.
Hay que trabajar desarmando cada defensa, cuestionando la racionalidad de las mismas y desactivando las emociones que las disparan.
Los trastornos de personalidad se interpretan bajo el paradigma de vulnerabilidad – estrés, esto significa que en ellos existe una parte de carga genética que puede estar latente (vulnerabilidad) y que un suceso estresante (disparador) puede despertar ese mecanismo latente y desencadenar el trastorno.
Los estudios de incidencia de psicopatología en drogodependientes muestran que el diagnóstico más común en consumidores de drogas es el Trastorno de Personalidad
Un 58 % de los drogodependientes presentaban algún Trastorno de la Personalidad, siendo los más frecuentes el límite, antisocial y dependiente.
Por lo que el uso de drogas se considera un gran suceso de estrés al organismo que puede desencadenar un trastorno de personalidad o cualquier otro tipo de trastorno.
Por otro lado parece que las experiencias traumáticas de la infancia (pérdida, separación temprana de los padres, abusos físicos, etc.) puedan jugar un papel decisivo en el desarrollo de este trastorno.
Hipnoterapeuta Clínico Coleg. SIHC
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